Las raíces del Ratonero Bodeguero Andaluz se remontan a las islas británicas. Allí, sus antepasados, los terriers originales, como el antiguo terrier negro y fuego (o posterior a este, el fox terrier de pelo liso), fueron indispensables durante siglos, en una época donde la vida era complicada, y las condiciones climáticas eran muy duras. Este entorno hostil los forjó como cazadores robustos e incansables, capaces de dar con sus presas hasta bajo tierra, en sus propias madrigueras. Una proeza que requiere de mucha valentía y voluntad.
El primer indicio de los terriers lo encontramos en un manuscrito romano, datado en el 55 a. C., donde ya se les identificaba como un grupo de perros diferenciado, con características similares, y la función común de cazar en el interior de madrigueras.
Sin embargo, no fue hasta los siglos XVI y XVII, con el inicio y establecimiento del comercio de licores entre británicos y españoles, que estos distintivos perros llegaron a España en los barcos de los mercantes. Grandes cantidades de vino se exportaban desde puertos como el de Jerez, Sevilla o Málaga, siendo especialmente Jerez un punto clave de afluencia mercantil, por su vino "Sherry", muy popular en Inglaterra. Los comerciantes ingleses necesitaban proteger de las alimañas el preciado producto que exportaban. Los guardianes encargados de tan importante tarea, eran los terrier, que fueron muy valorados por los andaluces debido a su eficacia como controlador de plagas, y a su nobleza. No tardaron en hacerse frecuentes en el campo andaluz, y se asentaron en tierras españolas, hasta convertirse en un icono innegable del mundo rural y la cultura vinícola en nuestro país.
A día de hoy, su adaptación ha sido tan exitosa, que el Ratonero Bodeguero Andaluz sigue siendo una fiel imagen de su antepasado directo, el fox terrier de pelo liso original. Esto refleja la gran utilidad de esta raza y los esfuerzos de la población por mantener un acervo genético cercano a los primeros perros que llegaron junto a los ingleses.
Podemos concluir en que el Ratonero Bodeguero Andaluz lleva mucho tiempo con nosotros, desciende de los terriers británicos originales (previos a la consolidación de otras razas del mismo grupo, como el jack russel terrier) y que su aspecto y esencia se han mantenido casi inalterables en España, gracias a su gran versatilidad y temperamento único. Con la llegada de la fotografía, pudieron registrarse muestras de esta invariabilidad en la raza durante aproximadamente el último siglo, en conjunto con su creciente expansión por todo el territorio.
Actualmente, está reconocido provisionalmente como raza oficial por la FCI, gracias al incesante trabajo del Club Español del Ratonero Bodeguero Andaluz, quienes llevan 25 años luchando por su legado y preservación, siendo pioneros y los más notorios en multitud de iniciativas y eventos que involucran la raza y su consolidación como tal.
La Federación Canina Internacional (FCI) es la entidad encargada a nivel europeo e internacional de gestionar los libros genealógicos oficiales de todas las razas que acoge, así como de promover su difusión y cría responsable.
Para que una raza pueda ser validada como tal en España, necesita seguir un complejo proceso y reunir una serie de requisitos que formen una base histórica, genética y poblacional, además de ser aprobado su proyecto previamente por la Real Sociedad Canina Española (RSCE) y también el Ministerio de Agricultura, Pesca, y Alimentación (MAPA). Una vez todos estos pasos se han cumplido, la RSCE puede solicitar su registro a la FCI como raza oficial, quien después de valorar tediosamente el proyecto, le otorga el reconocimiento provisional. Este reconocimiento provisional, debe de volver a revisarse 10 años más tarde de su concesión. Y ya entonces, por fin, si todo el trabajo realizado está en orden, se le concede la oficialidad completa como raza.
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